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martes, 12 de octubre de 2010

El origen del español

 

Por Sergio Zamora

Como dice Menéndez Pidal "la base del idioma es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a.C., que se impuso a las lenguas ibéricas" y al vasco, caso de no ser una de ellas. De este substrato ibérico procede una serie de elementos léxicos autónomos conservados hasta nuestros días y que en algunos casos el latín asimiló, como: cervesia > cerveza, braca > braga, camisia > camisa, lancea > lanza.

Otros autores atribuyen a la entonación ibérica la peculiar manera de entonar y emitir el latín tardío en el norte peninsular, que sería el origen de una serie de cambios en las fronteras silábicas y en la evolución peculiar del sistema consonántico.

Otro elemento conformador del léxico en el español es el griego, puesto que en las costas mediterráneas hubo una importante colonización griega desde el siglo VII a.C.; como, por otro lado, esta lengua también influyó en el latín, voces helénicas han entrado en el español en diferentes momentos históricos. Por ejemplo, los términos huérfano, escuela, cuerda, gobernar, colpar y golpar (verbos antiguos origen del moderno golpear), púrpura (que en castellano antiguo fue pórpola y polba) proceden de épocas muy antiguas, así como los topónimos Denia, Calpe. A partir del Renacimiento siempre que se ha necesitado producir términos nuevos en español se ha empleado el inventario de las raíces griegas para crear palabras, como, por ejemplo, telemática, de reciente creación, o helicóptero. Entre los siglos III y VI entraron los germanismos y su grueso lo hizo a través del latín por su contacto con los pueblos bárbaros muy romanizados entre los siglos III y V.


El Español ayer y hoy

En la formación del español cabe distinguir tres grandes períodos: el medieval, también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X al XV; el español moderno, que evolucionó desde el sigloXVI a finales del XVII, y el contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta nuestros días.

lunes, 11 de octubre de 2010

Para leer y comentar...

Escuchamos la canción para reflexionar...
"El tiempo me enseño como se pudo
en la universidad arrabalera
con la verdad prendida en una esquina
igual que un farolito en la vereda"

"El tiempo me enseño que los amigos
se cuentan con los dedos de la mano
por eso debe ser que no los cuento
para pensar que tengo mil hermanos
El tiempo me enseño que los traidores
se sientan en la mesa a tu costado
y el hombre que te da la puñalada
comparte el pan con esas mismas manos"

"El tiempo me enseño que los valientes
escribirán la historia con su sangre
pero la historia escrita de los libros
se escribe con la pluma del cobarde
El tiempo me enseño que desconfiara
de lo que el tiempo mismo me ha enseñado
por eso a veces tengo la esperanza
que el tiempo pueda estar equivocado"

Actividad:
1. Lee los fragmentos presentados de la canción "El tiempo me enseñó" de Tabaré Cardozo
2. Reflexiona con tus compañeros lo que los mismos te suguieren

Trabajando sobre los valores.....

Para reflexionar.....

¿Qué reflexión te merece la imagen presentada anteriormente?
 "La computadora,  acompañó y profundizó los cambios que trajeron primero la escritura y luego la imprenta y obviamente generó las mismas pasiones a favor y en contra como en su momento generaron las otras tecnologías. La computadora da a cada individuo la posibilidad del acceso directo a las autopistas del conocimiento, en ella , el campo intelectual se libera del campo del poder.
Además la electrónica produjo otras formas de tecnología de la palabra que se denominan la oralidad secundaria, entre las que se encuentra la radio, la televisión y el teléfono y se las llama así porque dependen de textos escritos y tienen, por lo tanto, marcas lingüísticas distintas de las marcas específicas que caracterizan a la oralidad primaria que se hace sentir en el estilo acumulativo, redundante, equilibrado, agnóstico, asi como en la acción reciproca entre el orador y el auditorio.
El nivel de desarrollo de los conocimientos está íntimamente relacionado con el acceso a la escritura, los libros, la informática. Las tecnologías de la palabra modelan los conocimientos y permiten a los seres humanos el desarrollo de mayores capacidades de pensamiento abstracto".
Fuente: http://www.ilhn.com/datos/practicos/datosestela/archives/002659.php

Ahora, ¿Cuál es tu opinión?

Rincón de lectura. Selección de cuentos de máximos escritores...

Los solos
Lo cazaron en la selva, cuando era muy pichón. A golpes de hacha vol- tearon el árbol donde tenía su nido. Lo vendieron en la ciudad. Preso en una jaula, entre cuatro paredes pasó toda su vida, hasta que fue abandonado. Lo recogió la familia Schlenker, que en las cercanías de Quito tiene un refugio para animales tristes. Ese guacamayo nunca había visto un pariente. Ahora no se entiende con los demás guacamayos, ni con loro ninguno, ni se entiende con él. Acurrucado en un rincón, tiembla y chilla, se arranca las plumas a picotazos, tiene el pellejo sangrante y desnudo.
Pobre bicho, digo. Más solo, imposible. Pero Abdón Ubidia, que me ha llevado al refugio, me presenta al solo más solo del mundo. Es el último aguti paca, o cuy de monte, que pasa las noches caminando en círculos y pasa los días escondido bajo el tronco hueco de un árbol caído. El es el único de su especie que queda vivo. Todos los suyos han sido exterminados. Mientras espera la muerte, no tiene a nadie con quien conversar.
Eduardo Galeano

Macario
Estoy sentado junto a la alcantarilla aguardando a que salgan las ranas. Anoche, mientras estábamos cenando, comenzaron a armar el gran alboroto y no pararon de cantar hasta que amaneció. Mi madrina también dice eso: que la gritería de las ranas le espantó el sueño. Y ahora ella bien quisiera dormir. Por eso me mandó a que me sentara aquí, junto a la alcantarilla, y me pusiera con una tabla en la mano para que cuanta rana saliera a pegar de brincos afuera, la apalcuachara a tablazos... Las ranas son verdes de todo a todo, menos en la panza. Los sapos son negros. También los ojos de mi madrina son negros. Las ranas son buenas para hacer de comer con ellas. Los sapos no se comen; pero yo me los he comido también, aunque no se coman, y saben igual que las ranas. Felipa es la que dice que es malo comer sapos. Felipa tiene los ojos verdes como los ojos de los gatos. Ella e s la que me da de comer en la cocina cada vez que me toca comer. Ella no quiere que yo perjudique a las ranas. Pero a todo esto, es mi madrina la que me manda a hacer las cosas... Yo quiero mas a Felipa que a mi madrina. Pero es mi madrina la que saca el dinero de su bolsa para que Felipa compre todo lo de la comedera. Felipa sólo se está en la cocina arreglando la comida de los tres. No hace otra cosa desde que yo la conozco. Lo de lavar los trastes a mí me toca. Lo de acarrear leña p ara prender el fogón también a mí me toca. Luego es mi madrina la que nos reparte la comida. Después de comer ella, hace con sus manos dos montoncitos, uno para Felipa y otro para mí. Pero a veces Felipa no tiene ganas d e comer y entonces son para mí los dos montoncitos. Por eso quiero yo a Felipa, porque yo siempre tengo hambre y no me lleno nunca, ni aun comiéndome la comida de ella. Aunque digan que uno se llena comiendo, yo sé bien que no me llen o por mas que coma todo lo que me den. Y Felipa también sabe eso... Dicen en la calle que yo estoy loco porque jamás se me acaba el hambre. Mi madrina ha oído que eso dicen. Yo no lo he oído. Mi madrina no me deja salir solo a la call e. Cuando me saca a dar la vuelta es para llevarme a la iglesia a oír misa. Allí me acomoda cerquita de ella y me amarra las manos con las barbas de su rebozo. Yo no sé por qué me amarra mis manos; pero dice que porque dizque l uego hago locuras. Un día inventaron que yo andaba ahorcando a alguien; que le apreté el pescuezo a una señora nada más por nomás. Yo no me acuerdo. Pero, a todo esto, es mi madrina la que dice lo que yo hago y ella nunca anda con men tiras. Cuando me llama a comer, es para darme mi parte de comida, y no como otra gente que me invitaba a comer con ellos y luego que me les acercaba me apedreaban hasta hacerme correr sin comida ni nada. No, mi madrina me trata bien. Por eso estoy contento en su casa. Además, aquí vive Felipa. Felipa es muy buena conmigo. Por eso la quiero... La leche de Felipa es dulce como las flores del obelisco. Yo he bebido leche de chiva y también de puerca recién paridad; pero no, no es igual d e buena que la leche de Felipa... Ahora ya hace mucho tiempo que no me da a chupar de los bultos esos que ella tiene donde tenemos solamente las costillas, y de donde le sale, sabiendo sacarla, una leche mejor que la que nos da mi madrina en el almuerzo de los domingos... Felipa antes iba todas las noches al cuarto donde yo duermo, y se arrimaba conmigo, acostándose encima de mí o echándose a un ladito. Luego se las ajuareaba para que yo pudiera chupar de aquella leche dulce y caliente que se dejab a venir en chorros por la lengua... Muchas veces he comido flores de obelisco para entretener el hambre. Y la leche de Felipa era de ese sabor, sólo que a mí me gustaba más, porque, al mismo tiempo que me pasaba los tragos, Felipa me hacia c osquillas por todas partes. Luego sucedía que casi siempre se quedaba dormida junto a mí, hasta la madrugada. Y eso me servía de mucho; porque yo no me apuraba del frío ni de ningun miedo a condenarme en el infierno si me moria yo solo allí, en alguna noche... A veces no le tengo tanto miedo al infierno. Pero a veces sí. Luego me gusta darme mis buenos sustos con eso de que me voy a ir al infierno cualquier día de éstos, por tener la cabeza tan dura y por gustarme dar de cabezazos contra lo primero que encuentro. Pero viene Felipa y me espanta mis miedos. Me hace cosquillas con sus manos como ella sabe hacerlo y me ataja el miedo ese que tengo de morirme. Y por un ratito hasta se me olvida... Felipa dice, cuando tiene ganas de estar conmigo, que ella le cuenta al Señor todos mis pecados. Que iré al cielo muy pronto y platicará con Él pidiéndole que me perdone toda la mucha maldad que me llena el cuerpo de arriba abajo. Ella le dir á que me perdone, para que yo no me preocupe más. Por eso se confiesa todos los días. No porque ella sea mala, sino porque yo estoy repleto por dentro de demonios, y tiene que sacarme esos chamucos del cuerpo confesandose por mí. Todo s los días. Todas las tardes de todos los días. Por toda la vida ella me hará ese favor. Eso dice Felipa. Por eso yo la quiero tanto... Sin embargo, lo de tener la cabeza así de dura es la gran cosa. Uno da de topes contra los pilares del corredor horas enteras y la cabeza no se hace nada, aguanta sin quebrarse. Y uno da de topes contra el suelo; primero despacito, después más recio y aquello suena como un tambor. Igual que el tambor que anda con la chirimía, cuando vien e la chirimía a la función del Señor. Y entonces uno está en la iglesia, amarrado a la madrina, oyendo afuera el tum tum del tambor... Y mi madrina dice que si en mi cuarto hay chinches y cucarachas y alacranes es porque me voy a ir a arder en el infierno si sigo con mis mañas de pegarle al suelo con mi cabeza. Pero lo que yo quiero es oír el tambor. Eso es lo que ella debería saber. Oírlo, como cuando uno esta en la iglesia, esperando salir pronto a la cal le para ver cómo es que aquel tambor se oye de tan lejos, hasta lo hondo de la iglesia y por encima de las condenaciones del señor cura...: "El camino de las cosas buenas esta Ileno de luz. El camino de las cosas malas es oscuro." Eso dice e l señor cura... Yo me levanto y salgo de mi cuarto cuando todavía esta a oscuras. Barro la calle y me meto otra vez en mi cuarto antes que me agarre la luz del día. En la calle suceden cosas. Sobra quien lo descalabre a pedradas apena s lo ven a uno. Llueven piedras grandes y filosas por todas partes. Y luego hay que remendar la camisa y esperar muchos días a que se remienden las rajaduras de la cara o de las rodillas. Y aguantar otra vez que le amarren a uno las manos, porque s i no ellas corren a arrancar la costra del remiendo y vuelve a salir el chorro de sangre. Ora que la sangre también tiene buen sabor aunque, eso sí, no se parece al sabor de la leche de Felipa... Yo por eso, para que no me apedreen, me vivo s iempre metido en mi casa. En seguida que me dan de comer me encierro en mi cuarto y atranco bien la puerta para que no den conmigo los pecados mirando que aquello está a oscuras. Y ni siquiera prendo el ocote para ver por dónde se me andan subiendo las cucarachas. Ahora me estoy quietecito. Me acuesto sobre mis costales, y en cuanto siento alguna cucaracha caminar con sus patas rasposas por mi pescuezo le doy un manotazo y la aplasto. Pero no prendo el ocote. No vaya a suceder que me encuentren des prevenido los pecados por andar con el ocote prendido buscando todas las cucarachas que se meten por debajo de mi cobija... Las cucarachas truenan como saltapericos cuando uno las destripa. Los grillos no sé si truenen. A los grillos nunca los mato . Felipa dice que los grillos hacen ruido siempre, sin pararse ni a respirar, para que no se oigan los gritos de las animas que estan penando en el purgatorio. El día en que se acaben los grillos, el mundo se llenará de los gritos de las ánimas sa ntas y todos echaremos a correr espantados por el susto. Además a mí me gusta mucho estarme con la oreja parada oyendo el ruido de los grillos. En mi cuarto hay muchos. Tal vez haya mas grillos que cucarachas aquí entre las arrugas de los co stales donde yo me acuesto. También hay alacranes. Cada rato se dejan caer del techo y uno tiene que esperar sin resollar a que ellos hagan su recorrido por encima de uno hasta llegar al suelo. Porque si algún brazo se mueve o empiezan a temblarle a uno los huesos, se siente en seguida el ardor del piquete. Eso duele. A Felipa le picó una vez uno en una nalga. Se puso a llorar y a gritarle con gritos queditos a la Virgen Santísima para que no se le echara a perder su nalga. Yo le unt&e acute; saliva. Toda la noche me la pasé untándole saliva y rezando con ella, y hubo un rato, cuando vi que no se aliviaba con mi remedio, en que yo también le ayudé a llorar con mis ojos todo lo que pude... De cualquier modo, yo estoy más a gusto en mi cuarto que si anduviera en la calle, llamando la atención de los amantes de aporrear gente. Aquí nadie me hace nada. Mi madrina no me regaña porque me vea comiéndome las flores de su obelisco, o sus arrayanes , o sus granadas. Ella sabe lo entrado en ganas de comer que estoy siempre. Ella sabe que no se me acaba el hambre. Que no me ajusta ninguna comida para llenar mis tripas aunque ande a cada rato pellizcando aquí y allá cosas de comer. Ella sabe que me como el garbanzo remojado que le doy a los puercos gordos y el maíz seco que le doy a los puercos flacos. Así que ella ya sabe con cuánta hambre ando desde que me amanece hasta que me anochece. Y mientras encuentre de comer aquí e n esta casa, aquí me estaré. Porque yo creo que el día en que deje de comer me voy a morir, y entonces me iré con toda seguridad derechito al infiemo. Y de allí ya no me sacara nadie, ni Felipa, aunque sea tan buena conm igo, ni el escapulario que me regaló mi madrina y que traigo enredado en el pescuezo... Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas. Y no ha salido ninguna en todo este rato que llevo platicando. Si tardan más en salir, pue de suceder que me duerma, y luego ya no habrá modo de matarlas, y a mi madrina no le llegará por ningún lado el sueño si las oye cantar, y se llenará de coraje. Y entonces le pedirá a alguno de toda la hilera de santos que tiene en su cuarto, que ma nde a los diablos por mí, para que me lleven a rastras a la condenación eterna, derechito, sin pasar ni siquiera por el purgatorio, y yo no podré ver entonces ni a mi papá ni a mi mamá que es allí donde están... Mejor seguiré platicando... De lo que más ganas tengo es de volver a probar algunos tragos de la leche de Felipa, aquella leche buena y dulce como la miel que le sale por debajo a las flores del obelisco...
Juan Rulfo
Los Bomberos

Olegario no sólo fue un as del presentimiento sino que además siempre estuvo muy orgulloso de su poder. A veces se quedaba absorto por un instante, y luego decía: “Mañana va a llover”. Y llovía. Otras veces se rascaba la nuca y anunciaba: “El martes saldrá el 57 a la cabeza”. Y el martes salía el 57 a la cabeza. Entre sus amigos gozaba de una admiración sin límites.
Algunos de ellos recuerdan el más famoso de sus aciertos. Caminaban con él frente a la universidad, cuando de pronto el aire matutino fue atravesado por el sonido y la furia de los bomberos. Olegario sonrió de modo casi imperceptible y dijo: “Es posible que mi casa se esté quemando”.
 Llamaron a un taxi y encargaron al chofer que siguiera de cerca de los bomberos. Estos tomaron por Rivera, y Olegario dijo: “Es casi seguro que mi casa se esté quemando”. Los amigos guardaron un respetuoso y afable silencio; tanto lo admiraban.
Los bomberos siguieron por Pereyra y la nerviosidad llegó a su colmo. Cuando doblaron por la calle en que vivía Olegario, los amigos se pusieron tiesos de expectativa. Por fin, frente mismo a la llameante casa de Olegario, el carro de bomberos se detuvo y los hombres comenzaron rápida y serenamente los preparativos de rigor. De vez en cuando, desde las ventanas de la planta alta, alguna astilla volaba por los aires.
Con toda parsimonia, Olegario bajó del taxi. Se acomodó el nudo de la corbata y luego con un aire de humilde vencedor, se aprestó a recibir las felicitaciones y los abrazos de sus buenos amigos.
Mario Benedetti

El nacimiento de San Lorenzo de Almagro

San Lorenzo nació el día que Juancito Abondanza se llevó por delante al tranvía. Estábamos jugando un partido entre mayores y menores en la calle, justo frente a la capilla de San Antonio. El padre Lorenzo Mazza salía a la vereda a mirar. En un momento, Juancito agarra la pelota y empieza a disparar como loco. Se cortaba solo y no vio el tranvía, o lo quiso gambetear, la cosa es que se lo tragó. El motorman alcanzó a frenar pero igual lo golpeó y lo tiró al suelo. El tipo que manejaba y el guarda bajaron furiosos para pegarle a Juancito, pero el pibe era muy ligero y se las tomó mientras los mandaba con madre y todo.
Yo estaba parado al lado del padre Mazza, porque como era wing izquierdo siempre jugaba contra la vereda donde se paraba él. El cura era muy cuidadoso. Cuando escuchó que Abondanza los insultaba a los del tranvía, me dijo: “Pero che, qué barbaridad, qué mal educado es ese pibe”. Enseguida me preguntó quién era el cabecilla de la barra. “Aquél”, le dije, y señalé  al Carbuña. Nosotros lo respetábamos mucho. Federico Monti era un pibe que trabajaba de carbonero –después se hizo albañil-, por eso le habíamos puesto ese apodo. Lo llamó al Carbuña y le dijo: “Mirá, en el fondo de la capilla tengo un lindo terreno. Si ustedes lo limpian pueden hacer una canchita. Yo les hago hacer los arcos en la carpintería de la iglesia de San Carlos. ¿Qué les parece?”

Osvaldo Soriano


Muebles “El Canario”

La propaganda de estos muebles me tomó desprevenido. Yo había ido a pasar un mes de vacaciones a un lugar cercano y no había querido enterarme de lo que ocurriera en la ciudad. Cuando llegué de vuelta hacía mucho calor y esa misma noche fui a una playa. Volvía a mi pieza más bien temprano y un poco malhumorado por lo que me había ocurrido en el tranvía. Lo tomé en la playa y me tocó sentarme en un lugar que daba al pasillo. Como todavía hacía mucho calor, había puesto mi saco en las rodillas y traía los brazos al aire, pues mi camisa era de manga corta. Entre las personas que andaban por el pasillo hubo una que de pronto me dijo:
-Con su permiso, por favor...
Y yo respondí con rapidez:
-Es de usted.
Pero no sólo no comprendí lo que pasaba sino que me asusté. En ese instante ocurrieron muchas cosas. La primera fue que aun cuando ese señor no había terminado de pedirme permiso, y mientras yo le contestaba, él ya me frotaba el brazo desnudo con algo frío que no sé por qué creí que fuera saliva. Y cuando yo había terminado de decir "es de usted" ya sentí un pinchazo y vi una jeringa grande con letras. Al mismo tiempo una gorda que iba en otro asiento decía:
-Después a mí.
Yo debo haber hecho un movimiento brusco con el brazo porque el hombre de la jeringa dijo:
-¡Ah!, lo voy a lastimar... quieto un...
Pronto sacó la jeringa en medio de la sonrisa de otros pasajeros que habían visto mi cara. Después empezó a frotar el brazo de la gorda y ella miraba operar muy complacida. A pesar de que la jeringa era grande, sólo echaba un pequeño chorro con un golpe de resorte. Entonces leí las letras amarillas que había a lo largo del tubo: Muebles "El Canario". Después me dio vergüenza preguntar de qué se trataba y decidí enterarme al otro día por los diarios. Pero apenas bajé del tranvía pensé: "No podrá ser un fortificante; tendrá que ser algo que deje consecuencias visibles si realmente se trata de una propaganda." Sin embargo, yo no sabía bien de qué se trataba; pero estaba muy cansado y me empeciné en no hacer caso. De cualquier manera estaba seguro de que no se permitiría dopar al público con ninguna droga. Antes de dormirme pensé que a lo mejor habrían querido producir algún estado físico de placer o bienestar. Todavía no había pasado al sueño cuando oí en mí el canto de un pajarito. No tenía la calidad de algo recordado ni del sonido que nos llega de afuera. Era anormal como una enfermedad nueva; pero también había un matiz irónico; como si la enfermedad se sintiera contenta y se hubiera puesto a cantar. Estas sensaciones pasaron rápidamente y en seguida apareció algo más concreto: oí sonar en mi cabeza una voz que decía:
-Hola, hola; transmite difusora "El Canario"... hola, hola, audición especial. Las personas sensibilizadas para estas transmisiones... etc., etc.
Todo esto lo oía de pie, descalzo, al costado de la cama y sin animarme a encender la luz; había dado un salto y me había quedado duro en ese lugar; parecía imposible que aquello sonara dentro de mi cabeza. Me volví a tirar en la cama y por último me decidí a esperar. Ahora estaban pasando indicaciones a propósito de los pagos en cuotas de los muebles "El Canario". Y de pronto dijeron:
-Como primer número se transmitirá el tango...
Desesperado, me metí debajo de una cobija gruesa; entonces oí todo con más claridad, pues la cobija atenuaba los ruidos de la calle y yo sentía mejor lo que ocurría dentro de mi cabeza. En seguida me saqué la cobija y empecé a caminar por la habitación; esto me aliviaba un poco pero yo tenía como un secreto empecinamiento en oír y en quejarme de mi desgracia. Me acosté de nuevo y al agarrarme de los barrotes de la cama volví a oír el tango con más nitidez.
Al rato me encontraba en la calle: buscaba otros ruidos que atenuaran el que sentía en la cabeza. Pensé comprar un diario, informarme de la dirección de la radio y preguntar qué habría que hacer para anular el efecto de la inyección. Pero vino un tranvía y lo tomé. A los pocos instantes el tranvía pasó por un lugar donde las vías se hallaban en mal estado y el gran ruido me alivió de otro tango que tocaban ahora; pero de pronto miré para dentro del tranvía y vi otro hombre con otra jeringa; le estaba dando inyecciones a unos niños que iban sentados en asientos transversales. Fui hasta allí y le pregunté qué había que hacer para anular el efecto de una inyección que me habían dado hacía una hora. Él me miró asombrado y dijo:
-¿No le agrada la transmisión?
-Absolutamente.
-Espere unos momentos y empezará una novela en episodios.
-Horrible -le dije.
Él siguió con las inyecciones y sacudía la cabeza haciendo una sonrisa. Yo no oía más el tango. Ahora volvían a hablar de los muebles. Por fin el hombre de la inyección me dijo:
-Señor, en todos los diarios ha salido el aviso de las tabletas "El Canario". Si a usted no le gusta la transmisión se toma una de ellas y pronto.
-¡Pero ahora todas las farmacias están cerradas y yo voy a volverme loco!
En ese instante oí anunciar:
-Y ahora transmitiremos una poesía titulada "Mi sillón querido", soneto compuesto especialmente para los muebles "El Canario".
Después el hombre de la inyección se acercó a mí para hablarme en secreto y me dijo:
-Yo voy a arreglar su asunto de otra manera. Le cobraré un peso porque le veo cara honrada. Si usted me descubre pierdo el empleo, pues a la compañía le conviene más que se vendan las tabletas.
Yo le apuré para que me dijera el secreto. Entonces él abrió la mano y dijo:
-Venga el peso.
Y después que se lo di agregó:
-Dese un baño de pies bien caliente.
Felisberto Hernández



El almohadón de plumas
Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer.
Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
—No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja—. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada.. . Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pesos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
—¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
—¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
—Pst... —se encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio... poco hay que hacer...
—¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
—¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados dél hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
—Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
—Levántelo a la luz —le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
—¿Qué hay?—murmuró con la voz ronca.
—Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós: —sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin dada su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
                                                                                                                          
Horacio Quiroga

Planificación de clase- Pretérito Perfecto y Pretérito Imperfecto en la narración

Tema: Pretérito Imperfecto y Pretérito Perfecto en la narración

Objetivos:
ü  Elaborar hipótesis a partir de la imagen presentada a los estudiantes. Establecer la relación entre la imagen presentada anteriormente y el texto
ü  Realizar la comprensión del texto
ü  Reconocer el uso del Pretérito Imperfecto y Pretérito Perfecto en la narración


Propósitos:  A partir del texto entregado a los estudiantes se buscará realizar la comprensión del mismo, partiendo de los conocimientos previos que posean los alumnos: reconocer texto narrativo, caracterizar el narrador, identificar  la descripción presentada en el  mismo y el uso del Pretérito Imperfecto y Pretérito Perfecto, establecer la relación entre la imagen presentada y el texto propiamente dicho.


Actividades:  Se les entrega la imagen a los estudiantes (cuento “Zorrillo guacho”, Buscabichos, Julio C. Da Rosa), se dan unos minutos para que procedan a una observación oportuna de la misma y como primera actividad se pide que en grupos elaboren hipótesis acerca de lo que esta les sugiere. Una vez realizada dicha tarea se hace la puesta en común con el fin de socializar el aporte de cada grupo.
Luego se les entrega el texto a los estudiantes. Se dan unos minutos para que procedan a la lectura silenciosa del mismo y luego lee la practicante en voz alta.
Se hace una breve introducción con datos biográficos del autor, Julio C. Da Rosa.
Luego se pasa al abordaje del texto mediante la modalidad interrogativa, donde se trabajará el contenido del mismo considerando: una secuencia descriptiva dentro de un texto narrativo, dentro de la cual trata de un zorrillo desde los afectos, se lo presenta desde una perspectiva personal, se rompe con el lugar común; el rumor acerca de los mismos; se lo presenta como un animal cariñoso, pasaje de la descripción que se relaciona con la imagen trabajada al comienzo de la clase, reconociendo el narrador como protagonista (narrador interno).
Durante el transcurso de la clase, a medida que se va avanzando en la comprensión del texto, una vez identificada la descripción por parte de los estudiantes, se pedirá como segunda actividad que marquen con un color el pasaje descriptivo ( en este caso del zorrillo) y las características del animal mencionadas.
Realizada la tarea se plantea la siguiente en la cual deberán completar los espacios en blanco, conjugando el verbo teniendo en cuenta el infinitivo presentado entre paréntesis (). Una vez resuelta dicha tarea se hace la puesta en común con la finalidad de que los estudiantes reflexionen acerca de los usos del Pretérito Imperfecto y Pretérito Perfecto en la narración.
Para finalizar la clase se buscará llegar a una definición de Pretérito Imperfecto y Pretérito Perfecto con ayuda de los estudiantes. Por último a modo de cierre se les entregará a los estudiantes el paradigma de las tres conjugaciones en los dos tiempos.



Recursos a emplear: texto, imagen, cuaderno, pizarrón
Bibliografía:


Weinrich  Harald “Estructura y función de los tiempos en el lenguaje” Ed. Gredos. Madrid, 1968


Coseriu Eugenio “La notion d´aspect” París, 1980


Da Rosa Julio C.  “Buscabichos” Ediciones de la Banda Oriental, 1994






Zorrillo guacho
Llegamos a casa con aquel regalo de la noche. Lo encerré en un cajón y comencé a darle mamadera de bebé. Aprendió fácilmente a mamar en teta de goma.
Lloraba como un cuzquito. Me seguía como un hijo obediente. Nunca utilizó con nadie en casa, el arma de su defensa. Se decía que, a falta de uso, las glándulas donde guarda el líquido de su ataque, se atrofian.
                     (tomar) leche,                           (comer) insectos y                                   (dormir)    como un bueno. No molestaba a nadie, para vivir. Igual que todos los de su especie. Si algo me faltaba para convencerme de la injusticia de su persecución por la gente, allí estaba su ejemplo. Nunca mató una gallina. Como nunca lo haría ningún zorrillo sin hambre.
                     (ser) hermoso y bien plantado.  Tenía olor a gato aseado y mimoso. Pelo negro sedoso, cruzado por una raya blanca en forma oval, a lo largo del lomo, pasando por el nacimiento de la cola y la frente. Los hay totalmente negros.
Años lo tuve cerca. Hasta una noche en que                          (pasar)  fuera de casa. Y otra en que no                                (amanecer) en casa.  Y otra en que                            (desaparecer) definitivamente. Nunca más lo                           (ver).
“Se casó”, me dijo tío Sebastián y le creí. “Que se case”, me dije.  “Y que sea feliz”. Me quedé lo más tranquilo.
Julio C.  Da Rosa
“Buscabichos”
Ediciones de la Banda Oriental, 1994


Video "Gracias a la vida" Interpretado por Mercedes Sosa

Gracias a la vida
Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio dos luceros que cuando los abro
Perfecto distingo lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abedecedario
Con él las palabras que pienso y declaro
Madre amigo hermano y luz alumbrando,
La ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha de mis pies cansados
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playas y desiertos montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano,
Cuando miro al bueno tan lejos del malo,
Cuando miro al fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto,
Así yo distingo dicha de quebranto
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de ustedes que es el mismo canto
Y el canto de todos que es mi propio canto.

Gracias a la vida
Gracias a la vida
Gracias a la vida
Gracias a la vida.
Violeta Parra

Planificación de clase "Gracias a la vida"





Tema: Comprensión lectora de la canción “Gracias a la vida” de Violeta Parra a partir de la observación de los elementos lingüísticos más destacados en la misma.

Objetivos:
ü  Promover la reflexión sobre el valor de la vida mediante la observación de figuras literarias presentes en la canción “Gracias a la vida” como la metáfora, personificación, anáfora, asíndeton, paralelismos, reconociendo sustantivos en oposición, pronombres, conectores.

Propósitos: A partir del texto entregado a los estudiantes se buscará promover una reflexión en los valores de la vida mediante el uso de sustantivos en oposición, el uso de cierta figuras literarias como la metáfora, personificación, anáfora, asíndeton, paralelismos con el fin de que el/la estudiante exprese y fundamente lo que comprendió.

Actividades: Se le entrega el texto a los estudiantes. Se dan unos minutos para que procedan a la lectura silenciosa del mismo y luego lee la practicante en voz alta.
Se hace una breve introducción biográfica informando sobre la autora de la canción (Violeta Parra) y luego de la intérprete de la misma en este caso Mercedes Sosa.
Luego se aborda el texto mediante la modalidad interrogativa, donde se trabajará el contenido del mismo considerando: el tema central entendido como el agradecimiento a la vida para ello se destacará la personificación de la vida “Gracias a la vida que me ha dado tanto” ya que se le atribuye un verbo propio de lo humano (“dar”), el agradecimiento a la vida por ser generadora de “lo bueno y de lo malo”, lo que se observará en los sustantivos en oposición como “lo negro del blanco”, “la risa y me ha dado el llanto”, también se trabajará la anáfora para comprender la reiteración de “Gracias a la vida que me ha dado tanto” al comienzo de cada estrofa, para comprender que lo que se logra con dicha reiteración es “agradecer” a lo largo de todo el texto, se trabajará la metáfora como en el caso “Y la luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando”. Lo que se pretende es que el/la estudiante reflexione sobre todos los aspectos planteados en la comprensión y observar cada estrofa como un canto especial y particular a sentidos y emociones diferentes, en el caso de la primera estrofa se trabajará sobre el sentido atribuido a través de “dos luceros” como agradecimiento de “poder ver”, en la segunda estrofa el sentido de escuchar a partir “el oído que en todo su ancho…” como agradecimiento de poder “escuchar”, en la tercera el agradecimiento a la palabra “las palabras que pienso y declaro”, cuarta el agradecimiento a “caminar, recorrer” “la marcha de mis pies cansados…” planteando los paralelismos como forma de enfatizar el agradecimiento “ciudades y charcos, playas y desiertos”, en la quinta el agradecimiento a poder “mirar con el corazón”, en la sexta el poder haber brindado los dos componentes esenciales que forman el canto y en el último verso el agradecimiento expresado a la vida nuevamente, se buscará establecer la relación entre el título y el contenido del texto. Para ello se utilizarán algunas de las siguientes interrogantes:
¿De qué trata la canción?
¿Se agradece a la vida solo por lo bueno?
¿Qué representa lo negro y lo blanco?
¿En qué expresión se destaca la figura del amor?
Una vez realizada la comprensión del texto se hace escuchar la canción “Gracias a la vida” interpretada por Mercedes Sosa buscando la reflexión en los estudiantes sobre lo trabajado y sensibilizando en los aspectos fónicos de la misma.

Recurso a emplear: texto, cuaderno, pizarrón, CD, radio.

Con motivo del centenario... Florencio Sánchez

   Nació el 17 de enero de 1875, en Montevideo.
   Luego de cumplir los estudios primarios y dejar incompletos los secundarios su patria, Florencio fue empleado gubernativo y periodista. Integra un cuadro escénico de aficionados, cruza el Plata en varias ocasiones hasta que, por su condición de ''blanco'', participa en su país en la revolución que, 1897, se levanta contra el presidente Juan Idiarte. Consternado por el clima que lo rodeaba a raíz del levantamiento, deserta y pasa al Brasil. Luego retorna a Montevideo, donde toma contacto con el Centro Internacional de Estudios Sociales, cuyo lema libertario era '' El individuo libre en la comunidad libre''. Allí dicta conferencias con ardoroso fervor anárquico e interviene en el cuadro teatral de la institución. A ese tiempo pertenece un scherzo incisivo que titula Puertas adentro.
Sigue su labor periodística. Se traslada a Rosario y se hace cargo de la Secretaría de Redacción de La República, diario que dirigía Lisandro de la Torre.
   En el año 1900 se instala en Buenos Aires, donde sigue cumpliendo su quehacer periodístico y colaborando en la revista Alborada de Montevideo. Al año siguiente retorna a Rosario, participando, en el movimiento sindical. El diario se convierte en una tribuna de protesta obrera, y en 1902, al adherir a una huelga de gráficos que se produce por entonces, el nuevo dueño del diario, lo despide.
Intenta entonces estrenar La gente honesta, sainetes de costumbres.
Sánchez funda con otros camaradas La Epoca, y, en edición extraordinaria, publica La obra.
La relaciones con la familia de su novia, Catalina Raventos, Catita, entrerriana nacida en 1872, se habían vuelto tensas a raíz de que no se lograba la concreción de la boda.
Florencio Sánchez era amigo de Joaquín de Vedia (1877, 1936), crítico teatral del diario Tribuna y a él le llevó los originales de M'hijo el dotor, la obra que acababa de escribir. De Vedia fue a verlo a Ezequiel Soria, quien en esos momentos ejercía la dirección del elenco de Jerónimo Podesta, leyó la obra y la puso inmediatamente en ensayo.
El tema y su desarrollo provocaron vivas polémicas que popularizaron aún más el nombre de Sánchez. Ese mismo año, 1903, se casó con Catita. José Ingenieros y Joaquín de Vedia fueron sus padrinos.
   Al año siguiente estrena tres obra nuevas: Cédulas de San Juan; La pobre gente, comedia en dos actos, y La gringa. En esta última Sánchez expresa, su honda esperanza en el porvenir a través de la pareja humana. Capta con exactitud la transformación que estaba operándose en nuestros campos para dar cabida, juntamente con el hombre criollo de a caballo, al labrador gringo.
   Año excepcional, 1905 fue un año memorable para nuestro teatro. Sánchez, por su parte, presenta un sainete pintoresco, Mano Santa, y tres obras proncipalísimas de su dramática. Estas son: En familia, reflejo amargo de la descomposición de un hogar típico de la clase media.
   El sueño del viaje a Europa en 1906 ya en pleno apogeo de su fama, Sánchez estrena El conventillo, Zarzuela en un acto, y El desalojo, sainete de igual extensión, realiza variaciones dentro de una misma temática de la pobreza. Y pensando en producciones con una caracterología y formulación más universales que pudieran ser llevadas a su ansiado viaje a Europa, escribe El pasado, Nuestros hijos y Los derechos de la salud.
   Mientras sigue ilusionado con ese viaje a Europa ofrece seis piezas breves: Los curdas, La tigra, El cacique Lichuelo, Un buen negocio, Marta Gruni y moneda falsa. De todas ellas es necesario destacar en el Teatro Apolo, pues se trata de un sainete perfectamente estructurado.
   El viaje a la celebridad consigue por fin el ansiado pasaje para viajar a Europa, y el 25 de setiembre de 1909 se embarca como comisionado oficial del presidente uruguayo, doctor Claudio Williman. Llega a Europa; desde Génova al ser revisado le diagnostican una bronquitis con serias proyecciones sobre el pulmón izquierdo.
Viaja a Suiza, por prescripción médica, debe descender en Milán e internarse en el hospital Fate Bene Fratilli, fallece en la madrugada del 7 de noviembre de 1910. Apenas tenía 35 años y ya era ''celebre''.
   Importancia de su obra: Era un dramaturgo nato que había logrado articular de manera perfecta, su posición ideológica disconformista, y por ello revolucionaria, con su segundo instinto teatral.
El género chico y el sainete porteño:
El sainete es un género que posee rancio abolengo dentro de la historia más vital del teatro español.
   Lo desdeñaron autores como: Cervantes, Lope de Vega, Calderón, Tirso.
Añade al sainete algunos de los componentes líricos y se produce así, como consecuencia de un hecho político económico.
   Una variante escénica barata y cómoda, que habría de llamarse ''Género chico'', con el propósito de diferenciarlo del otro teatro que pretendía integrar el ''Género grande''; el primero era habitualmente divertido y atrayente; el segundo podía resultar mucho más serio, artísticamente hablando, pero fatigado y aburrido.
   El género chico obtuvo aceptación en todos los escenarios de España, y no sólo entre los públicos más populares.

Seguimos con la investigación...

RESUMEN: La influencia de la oralidad en la escritura en los adolescentes de hoy.

Esta investigación de tipo exploratoria analiza las formas de expresarse de los adolescentes en la escritura. Computadoras, redes telemáticas (Internet es una red telemática) y celulares reintrodujeron la comunicación escrita como modalidad habitual de comunicación, dando lugar a una oralidad escrita, caracterizada por el uso de nuevos códigos y formas de expresión escrita apropiados a las características de los medios utilizados.  


INTRODUCCIÓN

El problema nos lo planteamos como futuras docentes de Idioma Español, pero además como jóvenes que observamos un cambio en el uso del lenguaje desde nuestra salida del liceo hasta ahora.  Elegimos el tema, entonces, por su relación específica con nuestra especialidad y por ser una exigencia del curso. Una vez que nos sumergimos en él nos surgen interrogantes por conocer más acerca del mismo y es por esto que intentamos buscar razones a priori que expliquen el fenómeno como por ejemplo los avances tecnológicos: el uso de internet, Facebook, Twitter, MSN. Éstos, han instaurado una nueva forma de comunicación que se adapta a lo que la sociedad nos impone, el zapping, la inmediatez; hacen que busquemos también la comodidad al escribir, es en el chat o mensajes de texto que observamos la mayor influencia de la oralidad en la escritura que es, además, propio de una franja etaria, con tendencia a extenderse a otras generaciones.  Desde nuestra posición de estudiantes podemos ver cierta evolución de la lengua, el principio de comodidad que se aplica a la evolución del latín clásico hasta el español moderno podríamos decir que se aplica ahora en estas nuevas formas de escribir.  Así como hoy en día tenemos como fuente del latín a los grafitis vemos que tal vez, en un futuro los “muros” de facebook sean de gran utilidad para estudiar las formas del español actual de los adolescentes.

PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN: ¿En qué ámbitos observamos el problema? ¿En qué franja etaria lo observamos? ¿De qué manera los jóvenes utilizan las lenguas extranjeras? ¿Cómo se expresan los jóvenes hoy?

A partir del estudio de la producción oral y escrita de nuestros estudiantes de ciclo básico, nos propusimos observar la aparición de marcadores de la oralidad y aquellos propios de las tecnologías modernas de socialización que influyen notoriamente en la calidad de los registros escritos.
La investigación se realizó tomando como grupos observables estudiantes de segundo año de ciclo básico de los liceos número 7, 8 y 19.


(A)   à Liceo N° 7 “Joaquín Suárez”                   Jaime Zudañez 2730 (Pocitos) Liceo de barrio.

(B)   à Liceo N°8 “Instrucciones del Año XIII 8 de Octubre 2619 (La Blanqueada) Liceo de aluvión.

(C)   à Liceo N°19 “Ansina”                           20 de Febrero 2510 /20 (Unión)  Liceo de contexto crítico donde se aplica el PIU.

MARCO TEÓRICO

à Estudios e investigaciones antecedentes

En la actualidad plantear el problema de la transición de la oralidad a la escritura es habitual en las disciplinas humanísticas. En este momento histórico podemos hablar de un retorno a la oralidad de la mano con las nuevas tecnologías, “oralidad secundaria”[1]. Naturalmente, esto se puede comprender de otras maneras: como fusión de la oralidad y la escritura, como surgimiento de una nueva forma de oralidad, como consecuencia de la generalización de las nuevas tecnologías de la palabra y de la imagen (la autopista de la información). Esta idea de la intervención de la tecnología en la cultura plantea cierta contradicción. Resulta que la gran clave de la evolución de las culturas humanas es una cuestión puramente técnica, una cuestión del medio de comunicación utilizado o, como dicen los lingüistas, del canal[2], el canal es el medio, no podemos negar la veracidad de esta afirmación en esta, nuestra, época de relativismo y escepticismo.
               
Ahora bien, podemos hablar de la escritura como una forma de tecnología, lo que nos hace considerarla como algo artificial, que surge para satisfacer una necesidad especifica y dar cuenta de que se vincula con el uso de determinados materiales.  La escritura manuscrita, ya fuera sobre piedra, tablilla, cuero, papel, u otros materiales (fuentes del latín vulgar como los grafitis), constituye sólo un primer momento. La imprenta, la televisión, el teléfono, la radio, la computadora son también formas de tecnologizar la palabra. Analizamos entonces cómo las diferentes tecnologías de la palabra impactan sobre las formas en que el ser humano se relaciona con el conocimiento, consigo mismo y con los otros. El auge de las nuevas tecnologías de la palabra parece haber dado un nuevo impulso a la oralidad.
               
La oralidad es anterior a la escritura, tanto en la historia de la humanidad como en cada individuo en particular. Saussure mismo afirma al respecto que la escritura es un complemento del habla oral, un código que sirve para transcribir lo que se dice[3]. Concebir a la escritura como superior a la oralidad es parte de la idea de que la escritura pertenece a sociedades “civilizadas”, “evolucionadas” y a individuos “cultos”, aunque, en sociedades con escritura las funciones que adquieren la oralidad y la escritura son complementarias, y de ahí que tengamos tan incorporada la idea de no escribir como hablamos, sino reflexionar acerca del uso de la lengua al momento de escribir.

àEl análisis crítico del discurso

Norman Fairclough propone un abordaje crítico del estudio del lenguaje que se cristaliza en la corriente denominada Análisis crítico del discurso el cual propone una concepción del discurso como práctica social. Ahora bien, ¿qué implica considerar al lenguaje como una práctica social? En primer lugar supone considerar al lenguaje como es, parte de la sociedad, y no como algo externo a ella. En segundo lugar, implica concebir al lenguaje como un proceso social, y en tercer lugar supone considerarlo condicionado socialmente por otras partes (no lingüísticas) de la sociedad.  (Fairclough, 1989)
La primera implicación supone que no hay una relación externa entre lenguaje y sociedad (como si fueran dos entidades separadas) sino que hay una relación interna y dialéctica entre ambos. El lenguaje es parte de la sociedad; los fenómenos lingüísticos son fenómenos sociales de un tipo especial, y lo fenómenos sociales son (en parte) fenómenos lingüísticos.

Los fenómenos lingüísticos son sociales desde el momento en que cuando las personas hablan, escuchan, escriben o leen, lo hacen en formas que están socialmente determinadas y que tienen efectos sociales. Por otra parte, los fenómenos sociales son lingüísticos dado que la actividad del lenguaje que ocurre en contextos sociales no es simplemente un reflejo de los procesos y prácticas sociales, sino que forma parte de esos procesos y esas prácticas.

La segunda implicación de considerar al lenguaje como una práctica social nos permite establecer la diferencia entre discurso y texto. Fairclough utiliza el término texto en el mismo sentido que Michael Halliday – tanto para textos escritos como para hablados (un texto hablado es simplemente lo que es dicho en una parte del discurso hablado) pero Fairclough lo utilizará generalmente para referirse a una transcripción escrita de lo que se dijo. Un texto es un producto más que un proceso –un producto del proceso de producción de texto. Pero Fairclough utilizará el término discurso para referir al proceso total de interacción social del cual el texto es solo una parte. Este proceso incluye además del texto el proceso de producción del cual el texto es un producto, y el proceso de interpretación, para el cual el texto es un recurso. El análisis del texto es correspondientemente solo una parte del análisis del discurso, que también incluye el análisis de los procesos productivos e interpretativos. Las propiedades formales de un texto pueden ser consideradas desde la perspectiva del análisis del discurso por un lado como huellas de los procesos productivos, y por otro lado como claves en los procesos de interpretación.

Sin embargo, el proceso de producción e interpretación ser completado si se ignora la forma en la cual están socialmente determinados, lo cual nos lleva a la tercera implicación de ver el lenguaje como una práctica social: esto es estar condicionado por otras partes no lingüísticas de la sociedad. Los recursos cognitivos que la gente pone en juego para producir e interpretar textos son generados socialmente, y su naturaleza es dependiente de las relaciones sociales – así como también son transmitidas socialmente y, en nuestra sociedad, distribuidas desigualmente. No es solo la naturaleza de estos recursos cognitivos lo que está socialmente determinado, sino también las condiciones de su uso.

En resumen, Fairclough sugiere que las condiciones sociales determinan los recursos cognitivos que la gente trae para la producción e interpretación, y a su vez determinan la forma en que los textos son producidos e interpretados.

El discurso implica condiciones sociales de producción y condiciones sociales de interpretación. Estas condiciones sociales, se relacionan con tres niveles diferentes de la organización social: el nivel de la situación social, o el entorno social inmediato en que ocurre el discurso; el nivel de la institución social que constituye una matriz más amplia para el discurso; y el nivel de la sociedad como una totalidad. Si consideramos al lenguaje como discurso y como práctica social, no nos limitamos solamente a analizar textos, ni solamente a analizar procesos de producción e interpretación, sino que analizamos las relaciones entre textos, interacciones y contexto.


àInfluencias de las TIC

En los últimos veinticinco años la informática y demás tecnologías de la información y la comunicación (TIC) fueron entrando paulatinamente en nuestras vidas. Computadoras, redes telemáticas (Internet es una red telemática) y celulares, entre otros, han transformado hábitos y costumbres, en particular en lo que se refiere a los modos de comunicación.

El teléfono, el correo y el telégrafo dominaron la comunicación interpersonal a distancia durante la mayor parte del siglo veinte, complementados por el télex y el fax. La expansión de Internet (en particular el correo electrónico y las diferentes modalidades de chat) y la telefonía celular representó no sólo un incremento de los canales disponibles sino también una transformación cualitativa, al introducir una nueva percepción del tiempo y el espacio.

La facilidad y rapidez para contactarse con otras personas que permiten las TIC ha propiciado un aumento en la frecuencia de las comunicaciones que, a menudo, favorece el establecimiento y consolidación de lazos personales y profesionales. La propiedad que tienen los medios digitales de permitir la comunicación simultánea entre muchos interlocutores (de modo sincrónico y/o asincrónico) permite la aparición y multiplicación de redes sociales formadas por personas con intereses comunes que viven en lugares diferentes (conocidas habitualmente como “comunidades virtuales”)

Asimismo estos nuevos canales de comunicación a distancia reintrodujeron la comunicación escrita como modalidad habitual de comunicación entre pares, con especial incidencia entre niños y jóvenes. Ello en un contexto sociocultural inclinado al uso extendido e intensivo de imágenes.

Es habitual que desde diferentes sectores vinculados con la educación y el mundo académico surjan voces alertando contra el deterioro del lenguaje escrito que, advierten, impulsan los modos de escritura utilizados en los chat y programas de mensajes instantáneos, en los weblogs o bitácoras electrónicas (modalidad de sitio web de fácil edición y publicación de uso extendido entre adolescentes y jóvenes) y en los mensajes de texto de los celulares, inicialmente teléfonos y hoy verdaderos aparatos multifuncionales de comunicación (teléfono, reproductor y grabador de música, agenda, mensajería y buzón electrónico, cámara de fotos y video, etc.)

Con el uso de los nuevos medios digitales, el vocabulario se empobrece, se pierden las normas de sintaxis y no se respeta la ortografía, lo cual, se afirma, pone en riesgo la riqueza de nuestra lengua y la capacidad de escribir de niños y jóvenes que utilizan estas modalidades de comunicación.










àBibliografía:


*Almeida Filho, J.C.P (1993)- Dimensoes comunicativas no encino de línguas. Campinas: Pontes.
*Calsamiglia, H. y Tusón, A. (2002) Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso. Barcelona: Ariel.
*Cochran-Smith, M.y S. Lytle, (1993)- Inside/outside. Teacher Research and Knowledge. New York & London: Teachers College Press.
*De Heredia, C. (1989) “Do bilingüismo ao falar bilingüe”. En Vermes, G.y J. Boutet (eds.) Multilingüismo. Campinas: Pontes.
*Duranti, Alessandro y Charles Goodwin (1992).             Rethinking context. Language as an interactive phenomenon. Cambridge Univ. Press, Cambridge. (cap.1: Rethinking context: an introduction).
*Erickson, F. (1986)- “Métodos cualitativos de investigación sobre la enseñanza”. En Wittrock, M. (1991) La investigación en la enseñanza. Barcelona: Paidós.
*Fairclough, Norman [1989] (2001) Language and power. London, Longman. (cap. 3: Discourse and power).
*Gabbiani, Beatriz e Irene Madfes (2006) Conversación y poder. Análisis de y consultorios. FHCE, Montevideo.
*Goffman, Erving [1959] (1989) La presentación de la persona en la vida cotidiana. Amorrortu interacciones en aulas
Editores, Buenos Aires.
*Gumperz, John (1982). Discourse strategies. Cambridge Univ. Press, Cambridge. (cap. 2: The sociolinguistics of interpersonal communication).
*Omaggio, A. (1986)- Teaching Language in Context. Boston: Heinle& Heinle.
*Parret, Herman (1988) Enunciacâo e pragmática. Editor da UNICAMP, Campinas.
*Pit Corder, S. (1973) Introducing Applied Linguistics. Harmondsworth: Penguin Books.


MÉTODO

La hipótesis, por su etimología es “lo que se pone debajo o se supone.”  Popper, plantea a las hipótesis como aquellas que “representan predicciones o respuestas probables a las interrogantes que el investigador formula ante un conocimiento preciso para su contrastación empírica”. Por otro lado, según Ander Egg, “la hipótesis es un enunciado que afirma la existencia de determinada relación entre dos o más variables susceptibles de contrastación.

Teniendo en cuenta lo antes dicho establecemos que la hipótesis de nuestra investigación es la siguiente:

A mayor contacto de los adolescentes con las tecnologías de la comunicación, hay un mayor cambio del lenguaje, en especial del escrito.

La metodología empleada para nuestro análisis indica que esta es de tipo exploratoria, descriptiva y no experimental. Es de tipo exploratoria ya que se busca ampliar el conocimiento de temas poco o nunca estudiado. Se basa en la busca de materiales que hagan evidente la situación – problema que nos planteamos. Es de tipo descriptiva ya que no buscamos dar una solución al problema sino exponer lo observado y es no experimental porque se trata de una mera observación en la que no incidimos para alterar resultado

Veamos algunas de las cartas que sirvieron como muestra al corpus de nuestra investigación. Para la realización de las mismas se planteó a los estudiantes de cada uno de los grupos en los que realizamos las prácticas docentes  la consigna de escribir una carta informal en la cual deberían presentarse e incluir sus características, gustos, y todos aquellos aspectos que les interesara contar a futuros amigos de otro liceo que conocerían también a través de una carta.


[1] Tal como lo plantea Walter Ong en su investigación.
[2] La función fática de Roman Jackobson.
[3] Ferdinand De Saussure “Curso de lingüística general”.


RESULTADOS Y CONCLUSIONES

Mucho antes de la expansión social y cultural de los medios digitales ya se hablaba del empobrecimiento del vocabulario atribuyéndolo en general a la supuesta mala influencia de los medios audiovisuales. Ahora bien ¿Quiénes han perdido vocabulario? Hoy es cada día mayor el porcentaje de la población mundial tiene acceso a los bienes culturales. ¿Acaso los campesinos y obreros de antaño poseían un lenguaje más rico que los de hoy? ¿Las personas que no tienen a los medios digitales y audiovisuales poseen un vocabulario más amplio que quienes acceden?

                Contrariamente a que se suele repetir, más por prejuicios (y desconocimiento) que por razones, el uso de estos medios no representa un riesgo para el idioma sino que, por el contrario, está dando lugar a la aparición de nuevos códigos y formas de expresión escrita (un lenguaje y una escritura ) apropiados a las características de los medios utilizados.

Ahora bien, éste código de comunicación les impide ser capaces de reflexionar acerca de los ámbitos en dónde realmente se podrían utilizar; los estudiantes no logran distinguir el límite entre la oralidad y la escritura y a su vez entre los distintos niveles de escritura (más o menos formal).

Los distintos servicios para el intercambio instantáneo de mensajes a través de medios electrónicos establecen modos de comunicación escrita asimilables en varios aspectos a formas orales de comunicación. El chat y servicios similares le dan a la escritura una dimensión espacio temporal marcada por la inmediatez en la trasmisión de los textos que impele a reproducir el ritmo de una conversación.

Así como la escritura surgió como “ayuda memoria”, necesario registro de actividades y normas comerciales, legislativas y religiosas, estos modos de escritura buscan recrear la agilidad e informalidad de una charla entre amigos[1].





En el chat, la escritura requiere una fluidez que hace que en muchas ocasiones los interlocutores prefieran dejar de lado las reglas gramaticales y ortográficas en busca de obtener una mayor eficacia comunicativa. Esto hace que sea habitual, en especial entre los jóvenes, el uso masivo de abreviaciones y contracciones que han ido creando un nuevo sistema de codificación en el que las vocales empiezan a ser sacrificadas y hay una transformación de palabras como por ejemplo: “chimpan- c”, “desknsar”, “sep”, “see”, “aii”,”xq”,”n c “: evidencias claras del llamado principio de comodidad ya conocido y empleado en latín vulgar; al mismo tiempo que se utiliza un número creciente de iconos, conocidos como emoticones[2], que a modo de pictogramas electrónicos son utilizados para describir estados de ánimo, situaciones, personas e incluso algunas acciones.

La influencia de la oralidad en la escritura  percibida en las muestras es tal que no permite la correcta segmentación de las palabras, tal es el caso de: “medioalto”, sieres”, “por supuesto”.

Paradójicamente en plena “civilización de la imagen”, y como consecuencia de la expansión social de los medios digitales, las personas utilizan cada vez más la escritura para comunicarse entre ellas. Alejados muchas veces de las reglas gramaticales y ortográficas establecidas, es cierto, pero utilizando elementos propios de la comunicación escrita mediante un nuevo (y rico) modo de codificar el lenguaje oral y gestual (no verbal)

Podemos percibir esto en las respectivas cartas los estudiantes que presentan en abundancia caritas, emoticones, signos de puntuación y expresiones onomatopéyicas tales como “jajaja”, “mmm…”, “emm…”, “pum”. Con esto se observa el empleo de expresiones típicamente orales, trasladadas a la escritura por la necesidad de expresar lo que comúnmente transmitimos mediante la vía oral y que este medio escrito no lo permite.

Cuando los adolescentes obvian en el chat las reglas ortográficas y sintácticas, introduciendo en ocasiones nuevas formas de escritura para alcanzar una mayor eficacia comunicativa de los mensajes, ponen en práctica una valiosa economía del signo que no rechaza, sino revaloriza, el uso de la escritura.

El chat y otras formas similares de comunicación escrita, se adscriben a un nuevo tipo de forma de comunicarse, que está creando códigos propios que se alejan de las normas establecidas de sintaxis y ortografía al primar la necesidad de agilidad y fluidez del acto comunicativo, que como dijimos antes puede considerarse una conversación escrita.
Los adolescentes han logrado crear su propio vocabulario sin poder diferenciar ámbitos, registros, destinatarios a los que se dirigen. Esto lo notamos claramente cuando nosotros, como dicentes nos encontramos con la gran dificultad de no poder “descifrar” y comprender algunas expresiones. Tal es el caso de algunas que vimos en dichas cartas: “carpear”, “sacás”, “pum”, “descansar”.

Por otro lado no olvidemos que las formas ortográficas y sintácticas evolucionan con el uso a través del tiempo. Incluso, los modos del habla (acento, pronunciación, tonalidad, vocabulario) se van modificando de manera continuada.




La introducción masiva de contracciones y abreviaturas en los mensajes electrónicos tampoco es especialmente novedosa. Recordemos que el uso de estos recursos era común en los telegramas y lo es aún en anuncios clasificados, diccionarios y enciclopedias y nadie nunca observó en esto un peligro para la lengua; incluso en idiomas como el inglés el uso de contracciones idiomáticas está muy extendido. 

Concluimos, entonces, la validación de nuestra hipótesis al notar, en la gran mayoría de las cartas estudiadas la inclusión o presencia de las direcciones de Facebook y correo electrónico como parte de su propia presentación personal para el relacionamiento social.

Es importante mencionar que los estudiantes, en este intercambio epistolar, aclaran que al momento de escribir se encuentran frente a la computadora chateando o escuchando música (“esta noche tú y yo…”, “y anda sola, sola…esa piba está re piola...”)

Manifiestan también que sus únicas formas de entretenerse versan entre Internet y la televisión, lo que reduce ampliamente el vínculo social “cara a cara” con sus pares o con personas adultas que tal vez pueda enriquecerlos de otra manera.

APÉNDICE

àBibliografía general

*Hernández Sampieri R., Fernández-Collado C. y Baptista Lucio P. (2000) Metodología de la investigación. Cuarta Edición. México: Mc Graw Hill





[1] Precisamente el término en inglés “chat” significa conversación amistosa e informal.